¿Funcionan?
Por: Eduardo Barriga
1/01/2024
Con el comienzo del 2024 muchas personas comienzan a emprender el vuelo con destino a conseguir sus propósitos de año nuevo, dentro de los cuales se incluye alguno relacionado con la salud, ejercicio y composición corporal; como la pérdida de peso. Esto coincide con la estadística en nuestro país, ya que la prevalencia de obesidad y sobrepeso ha crecido considerablemente, colocando a México en la quinta posición a nivel mundial (ENSANUT, 2022).

Se estima que la cifra aumentará a 35 millones de adultos para la siguiente década (Federación Mundial de Obesidad, 2022). Un año antes también se reportó un incremento en la demanda de productos adelgazantes del 12.8%, siendo esta la cantidad más alta registrada y reportada hasta entonces. De acuerdo con los datos proporcionados por el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), entre enero y noviembre del 2021 se registró la venta de $10,026 millones de pesos en suplementos alimenticios, correspondiente a un incremento del 67.9% anual.
Está claro que las personas buscamos una manera cada vez más fácil, eficaz, económica y segura que nos ayude a conseguir perder peso, sin embargo, surge la siguiente pregunta:
¿Existe algún producto eficaz, seguro y accesible que por sí solo y tras su consumo consiga que perdamos peso?
Antes de tratar de responder esta pregunta, es necesario comprender que la obesidad, según Pasca y Montero en 2015, es identificada como ‘una enfermedad sistémica multiorgánica, metabólica e inflamatoria crónica, determinada y condicionada por la interrelación entre lo genómico y los factores ambientales mencionados anteriormente que además se encuentra expresada fenotípicamente por un exceso de grasa corporal que coloca al individuo en un mayor riesgo de morbimortalidad’. Por tanto, podemos saber que la obesidad es una enfermedad crónica que puede estar condicionada genéticamente y por el ambiente de quien la padece, además de cuestiones psicológicas, culturales, sociales y preferencias, que va a propiciar alteraciones metabólicas (como la resistencia a la insulina, dislipidemias, etc) y comorbilidades como la diabetes e hipertensión debido al exceso de tejido adiposo, el cual funciona como reserva energética de todo mamífero (Suárez, 2017).

Dicho lo anterior, podemos entender que el tratamiento de la obesidad debería incluir desde la modificación y adopción de hábitos (como el ejercicio y la educación nutricional), hasta el abordaje médico y psicológico. Por tanto, sería complicado (e incluso imposible) reducirlo a algo tan minúsculo como un producto farmacéutico adelgazante. No obstante, la industria ha tratado de diseñar distintas estrategias mercadológicas para hacerlo atractivo (no eficiente). Por ejemplo, una revisión sistemática realizada en Suecia en el año 2014 encontró que las palabras ‘natural’, ‘extraordinario’ ‘científico’ estaban presentes hasta en el 92% de los productos. Además, el 94% de estos incluía fotografías de mujeres, 69% ofrecían ‘regalos’ adicionales a la compra del producto y el 61% fotos de antes/después (Droz & Marques, 2014). Todas estas falacias encontradas en productos milagros carecen de evidencia científica en cuanto a su eficacia y, además no cumplen con la legislación gubernamental correspondiente. A continuación, un ejemplo de producto adelgazante ‘milagro’:

En México, la Ley General de Salud desde su artículo 212 prohíbe hacer este tipo de declaraciones que confunden al consumidor, además indica que ‘Las etiquetas o contra etiquetas para los alimentos y bebidas no alcohólicas, deberán incluir datos de valor nutricional, y tener elementos comparativos con los recomendados por las autoridades sanitarias, a manera de que contribuyan a la educación nutricional de la población’, algo de lo cual muchos productos adelgazantes carecen. Es importante mencionar que la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010 prohíbe:
- Declaraciones que no pueden comprobarse (como que el producto por sí solo provoca pérdida de grasa).
- Declaraciones sobre la utilidad de un alimento o bebida no alcohólica, para prevenir, aliviar, tratar o curar una enfermedad, trastorno o estado fisiológico (en este caso la obesidad).
De esta forma, podemos determinar que si un producto trae consigo alguna declaración de eficacia (como el mostrado anteriormente), estaría incumpliendo con la legislación nacional de la que se ha hablado recién y, muy probablemente, sea de dudosa procedencia, alto riesgo a la salud y carente de eficacia. Una revisión sistemática publicada en el 2021 sobre productos adelgazantes (que se hacen pasar por suplementos alimenticios) encontró que existen registros de 2559 productos con problemas de calidad que son comercializados para la pérdida de peso, conteniendo contaminantes (drogas y fármacos) que no están declarados en la etiqueta nutrimental; siendo el Dinitrofenol, sibutramina y fenolftaleína los más frecuentes, utilizados de forma controlada para el tratamiento de otras enfermedades y que además, alguno de ellos han mostrado efectos secundarios graves (Koncz D. et al, 2021).
En conclusión y respondiendo a la pregunta anterior, actualmente no existe algún producto y/o estrategia eficaz, segura y accesible que cumpla con la legislación nacional. La única forma científicamente comprobada para el tratamiento de la obesidad y sobrepeso es la adopción de hábitos, cambios del estilo de vida y tratamiento psicológico, siendo imprescindible la educación nutricional y la realización del ejercicio.
Si crees necesitar un suplemento alimenticio, acude a consulta nutricional con un experto. Si buscas información sobre que productos son seguros y eficaces, puedes consultar información en nuestra tienda de suplementos o en la página oficial del Instituto Australiano del Deporte ( https://www.ais.gov.au/ ). Los suplementos de la categoría A y B pueden ser utilizados con seguridad. Mas adelante hablaremos sobre esto último.

Referencias:
Droz, N., & Marques-Vidal, P. (2014). Selling dreams: An overview of slimming products’ advertisements in Switzerland. Obesity Facts, 7(5), 282–288. https://doi.org/10.1159/000368446
Koncz D. et al. (2021). A systematic review of the European Rapid Alert System for Food and Feed: Tendencies in illegal food supplements for weight loss. Front Pharmacol. https://doi.org/10.3389/fphar.2020.611361
Suárez Carmona, W., Sánchez Oliver, A., & González Jurado, J. (2017). Fisiopatología de la obesidad: Perspectiva actual. Revista Chilena de Nutricion: Organo Oficial de La Sociedad Chilena de Nutricion, Bromatologia y Toxicologia, 44(3), 226–233. https://doi.org/10.4067/s0717-75182017000300226